Diseñando las areas de trabajo colectivo


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Diseñar áreas de trabajo colectivo implica considerar una serie de aspectos para crear espacios que fomenten la colaboración y la productividad. Aquí tienes algunos pasos a seguir:

  1. Identifica las necesidades: Comienza por comprender las necesidades y preferencias de quienes utilizarán el espacio. Realiza encuestas o sesiones de lluvia de ideas para recopilar información sobre lo que desean en un área de trabajo colaborativo.
  2. Espacio físico: Elige un espacio que sea lo suficientemente grande para alojar a grupos de trabajo, con suficiente luz natural y una disposición que fomente la interacción. Considera la ubicación de las paredes, ventanas y puertas para maximizar la utilización del espacio.
  3. Mobiliario adaptable: Opta por muebles que sean versátiles y adaptables a diferentes configuraciones según las necesidades de los equipos. Mesas modulares, sillas móviles y pizarras móviles pueden facilitar la colaboración y la creatividad.
  4. Tecnología: Integra tecnología que facilite la colaboración, como pantallas táctiles interactivas, sistemas de videoconferencia y pizarras digitales. Asegúrate de que el espacio esté equipado con suficientes tomas de corriente y conexiones de red.
  5. Zonas de reunión informales: Incluye áreas de descanso o rincones acogedores donde los equipos puedan reunirse de forma informal para discutir ideas o relajarse. Pueden ser espacios con sofás, cojines grandes o incluso áreas al aire libre.
  6. Elementos visuales y de diseño: Utiliza colores, plantas, arte y otros elementos de diseño que estimulen la creatividad y el bienestar. Las paredes de pizarra o de vidrio para escribir pueden servir como espacios para plasmar ideas y colaborar visualmente.
  7. Privacidad cuando sea necesario: Aunque el enfoque es en la colaboración, asegúrate de incluir espacios más privados para reuniones o trabajo individual cuando sea necesario. Esto puede ser mediante salas de reuniones separadas o divisiones móviles.
  8. Flexibilidad y adaptabilidad: Diseña el espacio de manera que pueda adaptarse fácilmente a diferentes tipos de actividades y necesidades cambiantes. La flexibilidad es clave para garantizar que el área de trabajo colectivo siga siendo útil a medida que evolucionen las dinámicas de trabajo.
  9. Feedback y ajustes: Una vez que el área esté en uso, recopila comentarios de los usuarios y realiza ajustes según sea necesario. La retroalimentación directa te ayudará a mejorar continuamente el diseño del espacio.

Al seguir estos pasos y adaptarlos a las necesidades específicas de tu equipo o organización, podrás diseñar un área de trabajo colectivo que fomente la colaboración, la creatividad y la productividad.